Lección 46 Parte 3
ESCUELA DE LIDERAZGO SAN PABLO
"Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo." (I Corintios 11:1)
(Con Frank Eiklor, Walter Contreras, Cecilia Contreras y Christopher Lucey)
MEMORIZANDO LAS ESCRITURAS:
LA PROVISION DEL PODER DE DIOS PARA UNA VIDA PODEROSA (parte 3)
LECCIÓN 46 Parte 3
INTRODUCCIÓN
¡Pensamientos! Nuestra mente está llena de tantos pensamientos todos los días que es difícil contarlos. Algunos pensamientos son de Dios, algunos del enemigo de nuestras almas y algunos quizás simplemente pensamientos humanos que pudieran tener valor y otros que no lo tienen.
Yo he encontrado una manera poderosa de probar cualquier y todos los pensamientos que entran en mi cabeza. Es probándolos por lo que Dios dice en Su Palabra. "Pero" usted dice, "cómo puedo yo hacer eso. No puedo tomar tiempo cada momento que un pensamiento entre en mi mente para mirar versos de la Biblia."
Aquí es donde vale la pena memorizar muchos versos de la Escritura. El Espíritu Santo trae inmediatamente los versos correctos a la mente para ayudarle a saber qué pensamientos son de Dios y cuáles no son de Dios. Y por eso es que memoriza la Escritura demuestra ser una fuente del poder de Dios para una vida poderosa.
En estas lecciones no sólo aprenderemos las ventajas y las bendiciones de memorizar la escritura pero también algunas simples instrucciones en cómo hacerlo. Si usted puede memorizar su nombre, dirección y número de teléfono, usted puede memorizar porciones importantes de la mente de Dios en las Escrituras.
En nuestras primeras dos lecciones, aprendimos de siete ventajas maravillosas que recibimos con guardar la palabra de Dios en nuestras mentes y corazones. Los siguientes son más bendiciones que Dios tiene guardadas para usted.
8. INTIMIDAD ESPIRITUAL CON DIOS
Usted encontrará una nueva intimidad con el Padre. Citar la Escritura lo trae a uno a darse cuenta de la presencia directa de Dios. Es impresionante. He temblado a menudo, virtualmente incapaz de seguir citando o hablando en la presencia de Dios. Dios ama Su Palabra tanto que Él dijo "… Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas." (Salmo 138:2).
Esa es una verdad asombrosa. ¿Hay algo más magnificado que el nombre del Señor? ¿¡Aun así Él ha magnificado su palabra sobre su nombre!? Con razón que Él también dice, "Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos" (Salmo 119:89). Deje que Dios establezca el trabajo de la palabra en su pensamiento, la memoria, en el repaso y la obediencia, y usted deseara hacer Su voluntad, sin importar el precio.
Yo mencioné acerca de la intimidad con el Padre. Juan 6:63 dice, "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida." Las palabras de Dios son espíritu y vida. Creativo. Dar-vida. Juan 14:21, "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él." Note que él no dice que cualquier persona que dice, "Te amo, Señor" realmente Lo ama, pero aquel quién tiene Sus mandamientos-y los guarda-es el que ama a Jesús y que será amado íntimamente por el Padre.
¿Dónde se encuentran Sus mandamientos? En la Biblia. ¿Cuál es la mejor manera de guardarlos? Memorícelos. Nunca se olvide de ellos. Repáselos una y otra vez. Practíquelos. Y encuentre una recompensa mayor que todas las riquezas del mundo-intimidad con el Padre. Jeremías 15:16, "Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos." Amo a Jeremías. Casi puedo oírlo decir, "¡Wow!, mira lo que encontré. ¡Las palabras de Dios! Voy a comerla. Digerirla. Memorizarla. Masticar cada bocado delicioso."
Con razón Jeremías podía soportar cualquier asalto, mantenerse verdadero cuando todos los otros se volvían falsos, amar a Dios cuando su nación buscaba ídolos, y ser instrumento de Dios para llamar a su nación al arrepentimiento. Jeremías tenía una relación íntima con el Padre porque él tomaba la Palabra de Dios seriamente y la comía. Para mí, comer la Palabra es memorizarla, repasarla y obedecerla. Hacerlo es parte de mí para siempre la definición más completa de comerla y digerirla. Comience ahora y usted encontrará, como Jeremías, será la alegría y el regocijo de su corazón.
9. CONVICCIÓN DEL PECADO
Memorizar y el repasar las Escrituras traerá convicción de pecados. El Salmo 119:9, "¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra." Solo escuche la agonía del Salmista cuando él dice, el "Señor, yo vivo en medio de un mundo arruinado, asqueroso y malvado. Los caminos que conducen al infierno cruzan mi mapa. ¿Cómo puedo encontrar Tú camino? ¿Cómo puedo mantenerme limpio un mundo sucio?" Y el Señor lo dejó contestar sus propias preguntas. "Prestando atención según Su Palabra." Sabiéndola. Aplicándola. Obedeciéndola. Y en un par de versos más tarde-como veremos más tarde-él ciertamente tenía en la mente memorizar y repasar la Palabra.
Al pasar los años, conozco a personas preciosas que comenzaron para Dios con buenas intenciones. Años más tarde, algunos se divorcian, otros arruinados por escándalos y todavía otros han perdido toda la alegría de vivir. Cuando los examino, uno de los patrones más familiares es que no vivieron diariamente en la Palabra de Dios, la oración y no guardaron la Palabra en sus corazones y sus mentes.
10. SENSIBILIDAD A LOS PECADOS ESCONDIDOS
Encuentro que memorizar y repasar la Palabra de Dios trae revelaciones más profundas de pecados escondidos. Salmos 139:23, 24, "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno…" Esto no es solo una petición típica para buscar el pecado en un corazón. Aquí está un grito honesto de una persona que pide que el Señor le enseñe si hay cualquier "camino de maldad" dentro de él. Pienso de un "camino de maldad" diferente a "maldad." Uno no cae de un día para otro. El pecado se incorpora sutilmente, viviendo una mentira aquí y viviendo una mentira allá-y finalmente viene el colapso por medio de algún pecado visible a los demás.
Quiero que el Señor me demuestre cualquier "camino de maldad" en mi vida que conduzca últimamente a la "maldad": semillas de destrucción en mi vida que pueda un día crecer en árboles del mal. Es asombroso ver cuánto uno más crece en Jesús, más uno se entera de la realidad del pecado personal de uno mismo. Nuestro padre maravilloso comienza a señalar cosas en nuestras vidas que demuestran que somos demasiado inmaduros o lentos para entender hasta que llegamos al punto donde Él puede demostrarnos estas cosas antes de que nos tropecemos. Ésa es una de las ventajas más grandes que nosotros tenemos al memorizar la Palabra de Dios.
11. PRIORIDAD DE PRIORIDADES
La memorización la palabra de Dios debe ser una de nuestras prioridades más grandes. Era para él Salmista: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti." (Salmo 119:11) Hay una gran verdad contenida en ese corto verso. El pecado es la enfermedad más grande de la tierra, y el dolor de corazón más grande de Dios, por eso que la razón más grande de Cristo fue el sacrificar su vida por nosotros y también es la razón más grande del Espíritu Santo el cuidar sobre sus hijos. El pecado es el más maligno de los cánceres que pueden comenzar a comer los órganos de los cristianos más fuertes cuales nombres están en el libro de la vida pero quiénes nunca realmente reconocen el pecado, odian el pecado, y corren del pecado como Dios requiere que debemos y podemos hacerlo. ¡Pero cuando guardamos la Palabra de Dios adentro de nuestros corazones memorizándola y repasándola hasta que somos forzados a obedecerla o dejarla, qué ventaja! Se convierte en la herramienta más grande del Espíritu Santo para mantenernos limpios. Entonces nuestras vidas y prioridades de la memorización de la Palabra se convierten en un ejemplo poderoso para otros que están buscando respuestas.
12. CUANDO SATANÁS HUYE
La palabra de Dios es el único poder-fuego que satanás teme. En esta lección no puedo darles una explicación completa de una sección clásica de la Escritura en Mateo 4:1-11. Mire estos versos cuidadosamente. Aunque puede parecerse como una verdad antigua, vea con ojos frescos su impacto. El diablo tentó a Jesús tres veces en un asalto total. El Hijo del Dios contra satanás. Una confrontación de lo más bueno contra lo más malo. Un planeador tramposo contra alguien que se sentía debilitado y hambriento después de cuarenta días y de cuarenta noches de ayuno.
Tres necesidades legítimas confrontaron a Jesús; tres lugares donde inclinarse, con la posibilidad de ser quebrado, y fallar como el sacrificio perfecto de Dios que se necesitarían como la cura para el pecado del ser humano. Tres veces Él declaró, "Escrito está" para derrotar a satanás. Y cuando el diablo intentó hacer lo mismo-citando la Escritura fuera de contexto-Jesús lo derrota con más de la palabra de Dios, mientras Él, en efecto, termino diciéndole al diablo en el verso 11 "Vete."
¿No es asombroso que todo el genio tecnológico y científico del ser humano no pueda intimidar a satanás?. De hecho, él utiliza ese mismo genio para subyugar y encarcelar al mundo. Pero el antiguo método sigue siendo el único método al hacer frente a los ataques de satanás: siendo la armadura de la Palabra de Dios la cual vence al acusador lanzando estas palabras, "Escrito está."
La mejor manera de hacer frente a los ataques específicos es por medio de las Escrituras específicas que cubren esas áreas. A la tentación de mentira de satanás le decimos "Escrito esta, satanás, No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. ¡Vete!" (Colosenses 3:9). A la tentación de satanás de mirar pornografía o la basura en la TV, "Escrito esta, satanás, Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor… Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón… ¡Vete!" (Hebreos 12:14; Mateo 5:28). Para la tentación de la preocupación y de la entrega a la desesperación, "Escrito esta, diablo, echando, toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros." (1 Pedro 5:7). La sumisión a Dios es sumisión a Su Palabra. La mejor sumisión se encuentra en hacer siempre de la Palabra de Dios parte de nuestras vidas. Eso sucede cuando memorizamos y repasamos la Palabra de Dios. Y cuando nos sometemos a Dios, podremos saber por nosotros mismos la experiencia de resistir al diablo y verlo huir. (Santiago 4:7).
(CONTINUARÁ)